lunes, 28 de enero de 2008

"I am Legend" (El Juego de la Supervivencia)

Si amigos, la pesadilla apocalíptica volvió al cine.
Reconozco que como fanático de este estilo cinematográfico y ex lector-adicto a los comics y la literatura de ficción el tema me fascina.
Hasta el momento el film "I am Legend" (2007), protagonizado por Will Smith y basado en la novela del mismo nombre de Richard Matheson publicada en 1954, es el mejor ejemplo del genero.
Ya había sido filmado "The Omega Man" (1971), con el protagonico de Charlton Heston y basado en el mismo libro, pero como era de esperarse esta versión es muy superior.
En el guión de la película Robert Neville, un especialista en virología del ejercito estadounidense, se encuentra en New York en el año 2012, sobreviviendo en la desierta ciudad con la única compañía de su perro.
El mundo fue asolado por una epidemia devastadora, provocada por un virus que originariamente fuera creado con la finalidad de ser utilizado para la cura del cancer.
Este virus mutó en una cepa mortal que al transmitirse, convirtió a los seres humanos y otras especies animales en 'mutantes' irracionales y sedientos de sangre pero cuya vulnerabilidad a los efectos de la radiación ultravioleta (por exposición a la luz solar) puede ocasionarles la muerte, por lo que durante el día deben refugiarse en edificios y otros lugares oscuros.
Los pocos seres humanos que hubieran resultado inmunes al virus fueron victimas de los mutantes, los que por las noches se adueñan de la superficie del planeta.
Robert Neville podría ser tal vez el único sobreviviente sobre la tierra y continúa infructuosamente buscando una cura para el virus.
Durante el día, recorre las desiertas calles y avenidas de New York en busca de alimentos y otras cosas que puedan resultarle de utilidad y antes de la caída del sol, regresa a su antiguo hogar ahora convertido en su fortaleza y laboratorio, cuidándose de que los mutantes (dark seekers) no conozcan su ubicación.

No contaré más sobre el argumento del film, pero si que este abunda en escenas muy peculiares sobre lo que uno podría hacer o encontrar en semejante escenario.
Ni que hablar de la aplicación irrestricta de la política de 'gatillo fácil' contra los aborrecibles mutantes (sorry, pero no pude resistirlo!)

Ahora... nunca se plantearon en un momento de fantasía un escenario semejante?
Por favor, antes de comenzar a postear recomendándome que medicación sería indicado que tomara, hagan un pequeño esfuerzo.
Sean consecuentes conmigo, o no pueden permitirse 'el lujo' de la fantasía?
Imaginense una situación parecida, no necesariamente tan terminal.
Olvidemosno de los mutantes, el ser humano ya como lo conocemos es lo suficientemente peligroso.
Por alguna razón que se les antoje, la civilización ya no funcionaría como lo hiciera hasta hoy.
Nadie provee los servicios básicos de subsistencia ni existen más la seguridad y el orden (en cierto grado, pareciera que estuviera describiendo a la Argentina, no?)
La población estaría reducida en número a una mínima expresión, lo que podría ser el resultado de la propagación de enfermedades producidas por la falta de servicios médicos o la descomposición de incontables cadáveres sin sepultar.
Debemos procurarnos por nuestra cuenta lo necesario para continuar sobreviviendo y todo ser humano que encontremos en nuestro camino es potencialmente una amenaza.

Esa sería a grandes rasgos nuestra linea argumental.
Por que no hacen el ejercicio e imaginan como sería sobrevivir bajo esas condiciones.

John Doe.

lunes, 21 de enero de 2008

"Historia" (La de quien?)

En un pasaje de la novela "1984" (George Orwell - 1949) el protagonista Winston Smith reflexionaba lo siguiente:

"El Partido dijo que Oceanía nunca había sido aliada de Eurasia. El, Winston Smith, sabía que Oceanía había estado aliada con Eurasia cuatro años antes. Pero ¿donde constaba ese conocimiento? Solo en su propia conciencia, la cual, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto. Y si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad. 'El que controla el pasado -decía el slogan del Partido-, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado'."

Es éso lo que está sucediendo con la memoria en Argentina?

Estamos pasando por una suerte de 'revisionismo histórico' gobierno tras gobierno, que a diferencia de la vieja frase 'Todo tiempo pasado fue mejor', pareciera que nos quisieran convencer de que 'Todo tiempo pasado fue peor'?

Ustedes lo recuerdan así?

La verdad yo no!

No me mal interpreten, creo que muchas cosas han mejorado.
Pero estas mejoras han llegado de la mano del 'progreso global' y no por obra de los 'ilusionistas' de turno que nos gobernaron o gobiernan.

Y estas mejoras tampoco han llegado para todos!

Pero, porque entonces veo que la mayoría se va convenciendo de estas 'revelaciones' que nos hacen nuestros gobernantes y aceptan la re-invención de un pasado que en realidad, permanece inalterable en la conciencia de los que si queremos hacer el ejercicio de recordar?

Como en las novelas orwellianas (las que realizaban una demoledora critica al régimen stalinista) nos martillan constantemente con improbables estadísticas de como bajó la desocupación, como creció la producción, como se hacen previsiones (incomprobables e inexistentes por cierto) para que en el futuro no nos falte energía, alimento, salud, seguridad, etc.

Nos explican como la responsabilidad de lo que hoy padecemos la tiene el gobierno anterior, o es consecuencia de las políticas de los 90's, o es culpa de las dictaduras militares, o... bueno, tampoco es cuestión de profundizar 'más allá' pareciera, no?


Es tan fácil, con tan poco esfuerzo, hacer que la mayoría olvide el pasado?


Por favor, ejercitemos nuestra conciencia y respetemos la historia... la de todos!


John Doe.

domingo, 20 de enero de 2008

"Paradise Lost - The Fall of Satan" (John Milton)


"-Maldecido amor, o maldecido odio, que tanto valen para mí uno como otro, dado que es eterna mi desventura...
-Aunque el maldito eres tu, tu mismo, que siendo árbitro de tu voluntad, voluntariamente elegiste lo que hoy motiva tu justo arrepentimiento...
-Ah, miserable! Por donde huiré de aquella cólera sin fin...? O de esta también infinita desesperación...
-Todos los caminos me llevan al Infierno. Pero, si el Infierno soy yo! Si por profundo que sea tu abismo, tengo en mi interior otro de más horrible, más implacable, que a todas horas me amenaza con devorarme! Comparado con el, éste en que padezco me parece un cielo".

"El Paraíso Perdido - La Caída de Satán"

John Milton

Grabado de Gustave Doré

sábado, 19 de enero de 2008

"Numbers"


"No matter how skilled and talented you are,
you are still outnumbered by the mediocre."


"A Night Like This" (The Cure)

Say goodbye on a night like this
If its the last thing we ever do
You never looked as lost as this
Sometimes it doesn't even look like you
It goes dark
It goes darker still
Please stay
But I watch you like I'm made of stone
As you walk away

I'm coming to find you if it takes me all night
A witch hunt for another girl
For always and ever is always for you
Your trust
The most gorgeously stupid thing I ever cut in the world

Say hello on a day like today
Say it every time you move
The way that you look at me now
Makes me wish I was you
It goes deep
It goes deeper still
This touch
And the smile and the shake of your head

I'm coming to find you if it takes me all night
Cant stand here like this anymore
For always and ever is always for you
I want it to be perfect
Like before
I want to change it all

I want to change

martes, 15 de enero de 2008

"El vampiro de la gruta" (Un cuento sobre vampiros - Undécima Entrega)

Leonardo se alejo y dejó a Caín recostado en el sillón de varios cuerpos.
Se dirigió hacia la barra y mientras se desplazaba miró a su hermana.
La bella Sofía era tan solo dos años menor, pero el aún la consideraba 'la niña'.
Así era como la llamaban los sirvientes en la 'quinta' de la rivera de San Isidro, en el Norte de Buenos Aires.
La familia Alonso, que se dedicaba a la importación de mercaderías varias, se había mudado allí cuando la epidemia de fiebre amarilla que azotó la gran ciudad en el año 1870.
Sofía era de una belleza frágil entonces, pero siempre había tenido un carácter férreo y había enfrentado con fortaleza las adversidades que comenzaran a hacer estragos sobre la empresa y por ende la fortuna de la familia, cuando el comercio y las operaciones de crédito se vieron practicamente suspendidas por el peligro de la epidemia.
Si el hubiera tenido su misma fortaleza pensó, no la hubiera arrastrado a la muerte eterna como lo hiciera.
Ella lo miró y como era común en ellos, más allá de las capacidades del resto de los de su especie, pudo saber que era lo que el quería.
Dejó su libro sobre la pequeña mesa al lado de su sillón favorito e incorporándose con la gracia habitual con la que se movía, luego se dirigió hacia donde estaba Caín.
Se sentó a su lado y comenzó a hablarle con su característico tono de voz tranquilizador.
Así estuvieron un largo rato.

Cuando Caín se sintiera más calmado, el y Sofía se unieron al resto del grupo.
Continuaron hablando todos hasta que el amanecer comenzó a insinuarse.
La charla había girado mayormente en torno a los detalles logísticos de la eventual mudanza.
El grupo de vampiros decidía como debería hacerse ésta en caso de ser necesario.
Lo de mudanza tenía que ver con el traslado de sus 'lechos', más específicamente.
"-Lo del ataúd es cosa de la literatura sobre vampiros!" le había dicho José María "pero para que complicarnos la vida cuando existe un diseño que nos sirve perfectamente a los fines del descanso!"
Quien hubiera pensado que alguien podía 'descansar' realmente en esos cajones para cadáveres, pensó Caín.
Inclusive había uno destinado para el; Leonardo lo había mandado a Germán a buscarlo el día anterior, sabiendo que eventualmente iba a ser necesario.
Al aproximarse el amanecer todos se metieron en sus ataudes, los que estaban ubicados en un hueco natural a un lado del gran espacio común de la caverna.
Cuando Leonardo levantó la tapa del ataúd destinado a Caín, este se quedó inmóvil, sin decidirse a meterse.
"-No importaría si fueras claustrofóbico" le dijo Leonardo "una vez ahí dentro te dormirás como si fueras un bebé!"
Caín entró al ataúd y se recostó.
"-Debo cruzar las manos sobre mi pecho?" le preguntó a Leonardo.
Este se sonrió y mientras sostenía la tapa le dijo:
"-Haz como te sientas más cómodo!" luego de lo cual, colocó la tapa sobre el ataúd.
Excepto por la estrechez del espacio, no se sentía realmente incomodo.
Todo el interior estaba forrado de un genero aterciopelado y era verdaderamente mullido.

Algo que Caín ni los demás sabían, era que el expreso pedido de que los ataudes fueran hechos con el fondo acolchado, había despertado más de una broma entre los empleados de la casa funeraria cuando se hicieron los encargos.
"-Ni que el finado vaya a sentirse incomodo, ja, ja!" dijo el empleado una vez que Germán se retirara. Había mantenido el rictus de sobriedad y hasta de casi auténtico dolor mientras el cliente se encontraba en su oficina. Pero una vez que éste se retiró, no pudo evitar comenzar a reírse.
"-Basta!" dijo el dueño de la casa funeraria "Son buenos clientes y han tenido una desgracia tras otra. Se más respetuoso!"
Ante lo cual al risueño empleado se le borró la sonrisa de la cara inmediátamente.

Caín escuchó los sonidos secos y apagados de como los demás cerraban sus ataudes.
Fue extraño, pero lo último en lo que pensó fue en su novia Lilian, la hija de los Green.
Le pareció que hacía años que no la veía.
Y luego el sueño lo invadió poco a poco.

Continuará...

John Doe.

domingo, 13 de enero de 2008

"El vampiro de la gruta" (Un cuento sobre vampiros - Décima Entrega)

Ambos vampiros iban descendiendo en la oscuridad.
Cuando se termino la escalera de piedra y llegaron al límite de la escasa luz que llegaba desde el exterior, Caín se detuvo instintivamente.
De repente, varios candelabros se encendieron y luego otros continuaron encendiéndose a destiempo.
"-Bienvenido a nuestro hogar!" dijo Leonardo a su lado.
El lugar no se parecía en nada a la caverna a la que entrara por primera vez.
Ahora estaba completamente seca y había muebles y objetos por todas partes.
Y entonces los vio.
Detrás de una barra de bar ubicada en uno de los lados del inmenso espacio, un joven de facciones aristocráticas le servía de beber algo parecido al vino a un hombre de más edad pero de aspecto igualmente refinado.
Recostado en un sillón de varios cuerpos, otro joven de largos cabellos rubios pero rostro más vulgar, se movía ritmicamente mientras sujetaba un par de grandes auriculares sobre su cabeza.
Siguió recorriendo con la vista el salón hasta que la vio a ella.
Sentada en un sillón de alto respaldo, una mujer de largos cabellos ondulados negros como las alas de un cuervo, bajó el libro que tenía en sus manos y se quedó mirándolo.
Tendría unos treinta años, tal vez como Leonardo y su piel era blanca y resplandeciente como la de éste, con ésa misma cualidad, como si estuviera hecha de porcelana.
Su boca era de un rojo pálido, sus labios clásicos relativamente finos con el arco de cupido en punta. La nariz era delicada y ligeramente respingada.
Y sus ojos.
Los ojos eran del color de la esmeralda y tenían un brillo que parecían darle vida a todo el rostro.
Una vida que como ahora en el caso de el también, ya había escapado de sus cuerpos.
Leonardo haciendo un gesto con la mano le dijo: "-Ven, te presentaré al grupo!"
Primero lo guió hasta la barra del bar.
El hombre que tendría más o menos su edad se bajó de la alta banqueta y lo miró estudiandolo. No había hostilidad en su mirada, pero sus ojos penetrantes lo analizaron como si sopesara diversas posibilidades.
"-Te presento a Felipe Le Moine."
Felipe extendió la mano y se la estrechó: "-Ça va?" lo saludó.
"-Salut!" le contestó Caín "vous c'est..."
"-Ni lo intentes viejo, no hablo frances!" le cortó.
"-Ah!" exclamó Caín, correspondiendo a la débil sonrisa del vampiro de la misma manera.
"-Con el nunca he podido usar el truco del turista exótico como hemos hecho hoy! Ja, ja!"
El recuerdo de las adolescentes ensombreció el rostro de Caín.
"-Ok mister" dijo Leonardo notando el cambio de humor en Caín "este joven se llama José María Rodriguez."
El joven lo saludó con una leve inclinación de la cabeza y luego lo miró con una sonrisa amplia y franca.
"-Un verdadero gusto mi amigo!" dijo.
"-Igualmente!" le contestó. De inmediato le agradó este joven de buenos modales.
"-Por aquí..." le llevó Leonardo a donde estaba el rubio que los esperaba de pie con los auriculares en la mano "tenemos a German Hauser!"
"-Hola, bienvenido!" lo saludó con simpatía. El apretón de mano fue firme y Caín observó que éste era físicamente imponente.
"-Y ésta..." dijo Leonardo dirigiéndose hacia la mujer "es mi adorable hermana Sofía del Carmen Alonso!"
La vampiro se acercó y lo saludó con un beso en la mejilla. Su piel era fría pero de una suavidad irreal. Cuando retrocedió Caín se quedó embelesado nuevamente con sus ojos.
"-Bienvenido Caín, espero que te sientas a gusto aquí!"
"-Aunque no creo que sea por mucho tiempo!" dijo desde el otro lado del salón Felipe.
La voz del vampiro Le Moine lo sacó del trance en el que se encontraba.
"-Es cierto..." comenzó Leonardo "... fue un gran error que atacaras a la pareja en estas playas y dejaras sus cuerpos ahí tirados! A la policía local normalmente no le llama la atención alguna que otra desaparición. Sobre todo con tanto turista argentino por todos lados!"
"-Inclusive..." continuó José María "... nos tomamos el trabajo de viajar a distintos lugares para alimentarnos. Hasta la misma Montevideo de vez en cuando!"
"-Pero es mi responsabilidad... debí haberlo previsto." retomó Leonardo "Si los habitantes locales insisten con la teoría de que los ataques fueron obra de los vampiros de las grutas, vamos a tener que abandonarlas!"
"-Yo..." comenzó a decir Caín mientras se sentaba en el largo sillón y se agarraba la cabeza "... no puedo creer todo ésto! No puede ser real!"
A pesar de los hechos de las ultimas horas se resistía a creer lo que le estaba sucediendo.
"-Estas presentaciones... como si estuvieran aceptando mi ingreso a alguna especie de 'club exclusivo'... estamos todos locos? Esto no puede ser más que una pesadilla!"
Leonardo se acercó y apoyó su mano en el hombro de Caín y lo presionó levemente pero con firmeza "-Realmente crees éso? Digo, después de todo, aún crees que no es real?"
Caín miró a Leonardo directamente a los ojos. Esos ojos esmeralda a los que los de su hermana se parecían tanto.
Pero la intensidad en los ojos del vampiro era superior a cualquiera de los otros.
Y en esa intensidad y en la expresión serena del rostro Caín supo la respuesta.
Y entonces todo vestigio de esperanza abandonó su alma... si es que aún tenía una.
De ahí en adelante ya no tendría ninguna duda.
Ahora 'el' era un vampiro!

Continuará...

John Doe.

viernes, 11 de enero de 2008

"El vampiro de la gruta" (Un cuento sobre vampiros - Novena Entrega)

"-Pensé que si no se callaba iba a matarla antes de pudieras beberle la sangre!" exclamó Leonardo. "Pero no puedes quejarte. A pesar de ser una charlatana insoportable, la rubia era un bocado 'magnifique'!"
Se encontraban caminando por la arena, lejos de donde habían poseído a sus victimas.
Caín se mantenía en silencio mientras recordaba la escena.
Se habían encaminado hacia la playa alejándose de la calle 10 y el gentío.
La morena caminaba al lado de Leonardo y su amiga, una rubia realmente muy bonita, no paraba de hacerle preguntas a Caín sobre los 'príncipes' en un mal inglés.
Como podía ser que se hayan creído semejante mentira?
"-No debería sorprenderte" dijo Leonardo leyendo sus pensamientos "aunque como alimento no estuvieran nada mal, no? Podemos alimentarnos de cualquiera, pero siempre es mejor tener en tus brazos a bellezas como ésas!"
Ahora que había saciado su hambre Caín sentía verdadera pena por las jóvenes.
En que se había convertido? Era éso lo que le deparaba el resto de su... eternidad?
Leonardo lo miró no sin cierta simpatía.
"-Ya te acostumbraras, olvidalo! Ahora tenemos otras preocupaciones. Vamos a la gruta, te presentaré al resto."
"-El resto?" preguntó Caín sorprendido "hay más como tu?"
"-'Como nosotros', querrás decir! Si, hay más. La inmortalidad se puede convertir en un tormento si no tienes con quien compartirla. Vamos, quedan pocas horas antes del amanecer y habrá mucho que hablar de seguro!"

La entrada de la gruta se veía muy distinta ahora.
Caín podía percibir un resplandor antinatural, como un aura que emanaba de las rocas.
Se encaminaron hacia la caverna, el lugar donde había comenzado esta increíble pesadilla.
"-Todo en orden, amo?" dijo una voz cascada que reconoció de inmediato. El viejo 'pescador' se asomó de entre las sombras.
"-Si, todo bien" le respondió Leonardo "ya conoces a nuestro nuevo amigo, no?"
"-Lo conozco, si. Sabía que volvería!"
"-Has escuchado algo? Comentarios?"
"-Las habladurías sobre los 'vampiros' -dijo ésto con un tono de ironía- por suerte han mantenido alejados a los curiosos. Los locales hablan de hacer algo para combatir la plaga."
"-Si escuchas algo que deba preocuparme hazmelo saber enseguida, de acuerdo?" luego de decir esto Leonardo entregó un puñado de billetes al anciano.
"-Gracias por cuidar de mi, amo!"
"-No, gracias a ti mi viejo amigo! Ven..." dijo mirando a Caín "... vamos adentro."
Y comenzaron a descender por los escalones de piedra.


Continuará...

John Doe.

martes, 8 de enero de 2008

"El vampiro de la gruta" (Un cuento sobre vampiros - Octava Entrega)

Cuando Caín quiso darse cuenta, se encontraba sobre la arena.
Estaba en una playa.
"-Donde estoy?"
"-Estamos en una playa de la zona de 'La Barra'." dijo Leonardo. Ahora mostraba más paciencia que momentos antes. Era consciente del estado de su acompañante "Trata de componerte un poco, tenemos que llegar a la calle principal. Ahí buscaremos a alguien para que te alimentes!"
Caminaron por una calle que serpenteaba hacia arriba, hasta la '10'.
Cuando salieron a esa calle, el panorama antes muy tranquilo cambió por completo: decenas de personas que caminaban en ambas direcciones; adultos que trataban de lucir como los adolescentes, adolescentes que pretendían actuar como adultos.
Leonardo sonreía cada vez que se cruzaba con un grupo de jovencitas. Estas le correspondían de igual manera.
Había que reconocer que el 'vampiro' parecía encajar a la perfección en ese ambiente.

Su aspecto, sus maneras, su desenvolvimiento eran como los de los jóvenes que abundaban en esa calle.
Por el contrario, Caín se sentía completamente fuera de lugar.
Llegaron a un sitio donde, entre mesas con clientes y bajo fuertes luces se exhibía un auto compacto importado.
"-Crucemos" dijo Leonardo "Hay demasiada luz allí!"
Una vez en la vereda de enfrente, se quedaron parados en medio de una multitud de jóvenes que se agrupaban en torno a nada en particular.
"-Mira a tu alrededor! Cuanta sangre joven!"
Caín hizo caso y comenzó a mirar alrededor suyo.
Comenzó a sentirse distinto. Menos cansado. Más seguro.
Sus sentidos comenzaron a agudizarse como cuando escuchara que se acercaban los jóvenes que atacara en Punta Ballena.
Leonardo tenía razón. Nunca le habían llamado la atención las adolescentes, pero ahora las veía bajo una luz diferente. Las veía como si tuvieran un aura, como si radiaran una energía especial.
Podía sentir como palpitaban sus corazones, sentía el calor y la energía que radiaban esos cuerpos.
"-Lo sientes, no?" le preguntó el vampiro.
"-Si. Puedo sentirlo!"
"-Sientes como huelen? El olor a su transpiración. Esa mescla de hormonas adolescentes y perfumes caros... no hay nada que se le compare!"
Caín lo miró. Los ojos de Leonardo brillaban. Eran los ojos de un depredador buscando a su presa. Observando y absorbiendo todos los detalles.
Una jovencita de pelo negro azabache y piel muy blanca miraba a Leonardo sin sacarle la vista de encima. Estaba acompañada de otras que hablaban sin respiro. Ella asentía cada tanto como si siguiera la charla de sus amigas, pero su atención estaba centrada en el vampiro.
A Leonardo esto no le escapó a su atención en absoluto.
Se acercó lentamente a la joven.
"-Que tal?" le dijo "ya tenemos algún plan?"
"-Nada en particular. Alguna idea?"
"-Bueno, podríamos ir abajo, a la playa. Ahí hay movida, no?"
"-Podría ser" le contestó ella.
"-Por que no le dices a alguna de tus amigas que nos acompañe? Para hacerle compañía a mi amigo!"
"-Es ése?" dijo señalando a Caín con un gesto de la cabeza.
"-Si."
"-Mmmm... no se. Tiene cero onda! No creo que le guste a ninguna."
"-Dulce, no debes prejuzgar tan facilmente. Mi amigo es todo un VIP. Es primo de los príncipes herederos ingleses! Ya sabes como son los de la realeza británica... no tienen un aspecto muy brillante, pero así como lo ves, conoce la noche europea como nadie!"
"-En serio? Me estás cachando!"
"-Hablas inglés? Espera que te lo presento."
Leonardo se dirigió hasta donde estaba Caín y la joven se juntó y comenzó a hablar con sus amigas. Ahora todas les echaban miradas a Caín y se sonreían y cuchicheaban entre si.
"-Estúpidas presuntuosas!" dijo Leonardo siseando las palabras con desprecio a través de sus labios "ahora que creen que sos de la realeza británica te ven de otra manera. Ya puedo oler la humedad en sus bombachas!"
"-Que soy que?" preguntó Caín sorprendido.
"-Sigueme la corriente o tendremos que ir a la ciudad, al puerto. Y no soporto el olor que hay ahí!"
Y ambos se dirigieron hacia donde estaban las adolescentes.

Continuara...

John Doe.

"Estalló el Verano!" (Calor en la Ciudad)


Sorry... no pude evitarlo!!!

John Doe.

domingo, 6 de enero de 2008

"El vampiro de la gruta" (Un cuento sobre vampiros - Séptima Entrega)

La noticia no tardó en recorrer Punta Ballena más de lo que se tardaría uno en almorzar.
Los dos cadáveres fueron encontrados por una señora septuagenaria que se encontraba dando un paseo matutino en las playas de las grutas.
La mujer estaba en buen estado físico lo que le permitía bajar hasta el lugar todas las mañanas, pero la impresión que le causara el hallazgo le produjo una descompensación cardíaca y ahora estaba siendo atendida en el hospital.
La comisión policial hizo retirar los cuerpos y trasladarlos hasta la morgue local.
El informe forense no se hizo esperar: los cuerpos de ambos jóvenes evidenciaban una importante perdida de sangre, aunque las únicas heridas que encontrara el examinador fueran un par de punciones en el cuello de ambas víctimas.
Como la discreción es un concepto poco establecido en ambas margenes del Río de la Plata, la peculiaridad sobre el estado de los cadáveres no tardó en trascender el despacho del forense, inclusive llegando a oídos de un corresponsal del diario 'Ultimas Noticias' de Montevideo, que se encontraba en Punta del Este cubriendo notas intrascendentes.
Fue éste quien lanzo al ruedo la pregunta que saldría luego publicada en el matutino: "Los vampiros de las grutas estaban atacando a los veraneantes?"
Los habitantes locales, haciéndose eco del chisme ya debatían sobre las medidas que se deberían adoptar para combatir semejante plaga.
El asunto dio tema de charla en los comercios y paradores de la zona.

Caín no pudo disfrutar de 'su último amanecer' como le había sugerido la aparición en su sueño; se despertó por la tarde, con el cuerpo dolorido y una notable perdida de temperatura.
Pidió té al servicio de habitación y lo tomó con unos analgésicos.
Eso lo hizo sentirse peor y le produjo vómitos severos.
Se quedó sentado hecho un despojo en el mismo sillón donde viera la aparición, meditando sobre su sueño.
Lo recordaba tan vivido, como si no se hubiera tratado de un verdadero estado onírico.
Miró el reloj. Ya eran las siete de la tarde y la luz se iba escurriendo de la habitación.
Recordó nuevamente las palabras de la aparición: "... disfruta de tu último amanecer y de tu último ocaso."
Se levantó del sillón y corrió las cortinas.
Lo que vio, si bien ahora no lo sabía, no se le borraría jamás de la memoria.
El sol ya estaba desapareciendo en el horizonte del mar como si fuera un gigantesco monumento que se hundía.
Las aguas se veían de un azul turquesa, ensombrecidas por la escasa luz que ahora alumbraba su superficie.
Y el cielo...
Como si se tratara de distintas capas de sabanas que se superponían con sus bordes oblicuamente dispuestos, era una paleta de rojos y naranjas, algunos sombreados, otros intensos como el fuego.
Caín no recordaba haber visto un atardecer semejante, si es que acaso alguna vez se había tomado el tiempo para ver uno.
Se quedo parado frente a la ventana hasta que el sol desapareció por completo.

Se había recostado sobre la cama. Sentía como si sus fuerzas lo hubiesen abandonado.
La ventana había quedado abierta y le llegaba el aire fresco desde el mar.
En realidad sentía frío.
Se tocó la frente para comprobar si tenía fiebre, pero en lugar de sentir la piel caliente estaba fría.
Le recordaba como se sentía la piel de su tía abuela Harriet, quien había pasado su último año de vida en Argentina con los Harper, cuando le diera el beso de despedida en su ataúd.
No lo escuchó en absoluto, más bien lo presintió.
Miró hacia la ventana y una silueta más negra que el negro de la noche, pero que de todas formas se distinguía por contraste, se encontraba parada delante de ella.
Lo único que verdaderamente resaltaba de la figura eran sus ojos: como dos gemas verde esmeralda que brillaban intensamente.
Saltó de la cama y retrocedió hasta encontrarse de espaldas a la pared.
Si se encontraba soñando no lo parecía en absoluto.
"-Te vas a quedar ahí parado con la boca abierta?" Le dijo la silueta.
"-Estoy soñando?" Preguntó Caín.
"-Ya quisieras! Nos has creado un problema bastante serio."
"-Pero..."
"-Pero que? Acaso no recuerdas?"
"-Yo... recordar que?"
La silueta se encontró de repente frente a Caín sin que este la hubiera visto desplazarse siquiera.
Ahora podía ver su rostro y lo reconoció de inmediato. Joven pero de unas facciones que permitían adivinar una larga experiencia en las cuestiones más variadas.
Pero a pesar de ello las facciones eran suaves, como moldeadas en porcelana.
Y ahora sonreía ligeramente con un dejo de burla.
"-Pero es que acaso he convertido a un idiota? Deberé ayudarte a recordar?"
"-Pero, pero..."
"-Deja de balbucear como un imbécil o aquí y ahora mismo acabaré con tu corta carrera de vampiro!"
Como si un rayo salido de los cielos le hubiera impactado en la frente y le hubiera hecho estallar la cabeza en mil pedazos, la idea golpeó a Caín con fuerza y lo dejó helado.
Las imágenes comenzaron a sucederse en su mente como una película que pasara a toda velocidad: la mordida del vampiro en la gruta, la aparición que no recordaba ni siquiera como un sueño de quien tenía enfrente, como lo había mesmerizado y mordido, bebiendo de su sangre y como luego Caín había bebido la sangre de el, directamente de las venas de su muñeca.
Se encontraba petrificado por los recuerdos: volar sobre el mar, los acantilados, la playa, los dos jóvenes que había desangrado con placer animal.
Un vampiro! Como en las novelas, como en las películas.
"-No puede ser cierto!" Dijo desesperado y casi sin convicción. "Los vampiros no existen!"
"-Quien lo dice? Reconozco que no se han escrito cosas halagadoras sobre nosotros y que preferimos mantenernos fuera de las candilejas y que todo pase nada más que por mitos y fantasías, pero nuestro 'marketing' no es del todo malo si he de ser objetivo!"
Caín sintió que se le aflojaban las piernas y se sentó en el borde de la cama.
"-Bueno, bueno... no nos pongamos tan trágicos!"
Los calambres recorrían el cuerpo de Caín y le hacían doler los músculos.
"-Por que me siento tan mal?"
"-Porque bebiste más de la cuenta? Je, je! No, en serio, debes aprender cuando detenerte. Si bebes de un cuerpo cuando este ya está muerto te enfermarás, como en tu caso, o te morirás si sobrepasas el límite!"
"-Y ahora... que va a ser de mi?"
"-Por lo pronto deberemos buscarte alimento. No pongas esa cara compungida, ya te acostumbrarás!" Luego de dicho ésto lo ayudó a incorporarse. "Pero que mal educado soy, hagamos las presentaciones de la manera apropiada. Cual es tu nombre?"
"-Caín. Caín Harper."
"-Caramba, un criollo de ascendencia anglosajona! Caín Harper, yo me llamo Leonardo Maximiliano Alonso. Pero no te atrevas a llamarme 'Leo' porque te haré saltar la dentadura de un golpe! No soporto esa vulgaridad de utilizar apócopes. Vistete bien que iremos a cenar!" Dijo esto último con un guiño de sus ojos esmeralda que ahora no parecían tan fulgurantes.
Caín se vistió con una camisa de color verde y un jean azul muy clásicos. Cuando terminó de calzarse unos zapatos marrones de outdoors se paró y se quedó mirando al 'vampiro'.
Debía reconocer que a pesar de ser demasiado 'moderno' para su gusto tan sobrio, el vampiro vestía prendas negras de muy buen estilo y excelente calidad.
Al darse cuenta como era observado le dijo: "-Por mi parte prefiero Armani! Respecto a ti vamos a tener que hacer algo con tu guardarropas o definitivamente nos desprestigiarás!"
Verdaderamente el aspecto de Caín distaba mucho de ser el de alguien 'mundano'.
"-Vamos Caín..." le dijo el vampiro tomándolo del brazo "...la noche nos espera!"
Tras lo cual salieron de la habitación... por la ventana!
Por donde más si no!

Continuará...

John Doe.

sábado, 5 de enero de 2008

"Enjoy The Silence" (Depeche Mode)



All I ever wanted,
All I ever needed,
Is here, in my arms.
Words are very, unnecessary,
They can only do harm.

Enjoy the silence.

viernes, 4 de enero de 2008

"Big Brother vs. Eugenia" (O como luchar contra el robot de Google)

Si estimados lectores, el título de este post es cierto!
De todas maneras merece un poco de 'traducción', no?

Me enteré de boca (o más bien de 'letra') de la estimada 'Eugenia' que sus dos blogs, 'La Vida Secreta' y 'Adiós Europa' (les recomiendo que lean el material ya publicado en ambos!) fueron BLOQUEADOS por el 'robot' de Google.

Las razones? Vaya uno a saber.

Probablemente el sistema robótico de Google se despierte ante la combinación de 'ciertas' palabras o frases que deben ser consideradas, de manera totalmente arbitraria por cierto, políticamente incorrectas u ofensivas (sic)

No se me ocurre otra explicación.

Desde hace rato venía disfrutando el material que 'Eugenia' publicaba en sus blogs.

Es irónico, ya que generalmente disentimos en nuestros puntos de vista acerca de la mayoría de los temas no obstante, respeto enormemente la calidad intelectual de su material.

Como en la novela "1984" de George Orwell
(1949), 'Eugenia' fue víctima del 'Gran Hermano' que todo lo vigila, en este caso en forma de 'robot'.
Extraño, ya que las leyes de la robótica concebidas por el escritor de ciencia-ficción Isaac Asimov, no contemplaban una situación semejante!

Tal vez esté pareciendo algo dramático, pero cuando el derecho a la libre expresión es 'asesinado' de la manera que los blogs de Eugenia lo fueron, creo que las peores previsiones acerca del arribo de un 'Big Brother' que nos controle hasta en nuestros pensamientos comienzan a hacerse realidad.

Se que Eugenia ya estará dándole forma en su mente inquieta a un nuevo blog, pero 'La Vida Secreta' y 'Adiós Europa' merecen continuar existiendo.


Que alguien desenchufe al robot de Google, please!!!

John Doe.

jueves, 3 de enero de 2008

"El vampiro de la gruta" (Un cuento sobre vampiros - Sexta Entrega)

Cuando Caín terminó su obra macabra, se quedó por un momento mirando los cuerpos que yacían sin vida.
Se pasó el dorso de la mano por los labios y sintió una excesiva humedad. Se miró la mano.
La sangre brillaba con la luz de la luna como si fuera negra y con reflejos blancos.
Sentía una ligera embriaguez y que le zumbaba la cabeza.
Recordaba lo que había hecho como en escenas aisladas: en una estaba sujetando a ambos jóvenes por los cuellos.
La presión era la suficiente como para que además de que no pudieran escapar, tampoco pudieran gritar.
Al primero que mordió fue al muchacho, pues era el que ofrecía mayor resistencia.
A ése no lo disfrutó, fue tan solo un tramite y obtuvo las fuerzas necesarias para continuar, ya que algo parecido al cansancio comenzaba a apoderarse de el.
Cuando el joven dejó de moverse dirigió su atención a la muchacha.
Era realmente bonita y con un cuerpo robozante de voluptuosidad.
Pero la sensualidad que Caín sentía no pasaba por la admiración de ese cuerpo, sino por el acto que estaba realizando en si mismo.
La acercó más hacia el. Con una mano la tomó por la espalda y con la que sujetaba el cuello, le hizo girar el rostro forzándolo con el pulgar, exponiendo la vena que formaba un nítido relieve.
Le clavó los colmillos y cuando sintió que la sangre brotaba, comenzó a sorber lentamente.
A medida que le iba succionando la vida a través de la vena palpitante, la joven comenzó a ofrecer menor resistencia y Caín la apretó aún más contra su cuerpo.
Sentía como los grandes senos de la muchacha se hinchaban y cedían al ritmo de la respiración acompasada.
Esta lo abrazó rindiéndose a la sensualidad del momento, aunque duró poco.
Sus brazos comenzaron a caer suavemente y finalmente, emitiendo un suave gemido de placer, se le escapó el último aliento de vida.
Caín apoyó la cabeza de la joven contra su pecho y le acarició los cabellos por un momento.
Luego fue aflojando su abrazo mortal y la dejó deslizarse, dejando que el cuerpo cayera sobre la arena como una marioneta que ya había terminado de realizar su acto.
Miró a ambos cuerpos nuevamente.
Era extraño, a pesar de tener conciencia de lo que acababa de hacer, sentía como si no fuera responsable de ello.
No le despertaba remordimiento alguno.
Luego, sintió nuevamente la misma ligereza que al principio de su sueño y a continuación que se estaba desplazando hacia arriba de los acantilados, por arriba de las casas, de los arboles, de la piscina.
Reconoció el interior de su habitación en la posada a pesar de la oscuridad.
Comenzó a sentir que el sueño lo vencía y a tener esa extraña sensación de inminente despertar.
Luego nada.

La presencia era tan poderosa que la notó antes de despertarse.
Abrió los ojos de golpe pero no estaba seguro de estar realmente despierto.
Miró hacia la ventana, donde la luz de la luna que se filtraba era ahora mucho más débil y vio la silueta oscura de alguien sentado en el sillón.
Se incorporó y se quedó mirando fijamente esa silueta.
"-Parece que hemos tenido una noche plena de actividad, no?" Dijo la voz de la silueta.
"-Quien es usted? Como entró aquí?" Preguntó Caín.
Ahora podía distinguir el rostro de la persona allí sentada.
A pesar de la oscuridad ese rostro parecía tener luz propia. Un resplandor opalescente.
Era mucho más joven que el, tal vez al final de sus veintitantos años o al principio de sus treinta.
La silueta se incorporó y como si se deslizara suavemente por la habitación, de pronto la tuvo al lado de la cama.
El rostro se acercó a el y lo miró fijamente con unos ojos que radiaban un tenue fulgor esmeralda.
"-Te sugiero que disfrutes tu último día como mortal." Le dijo el joven. Más que una sugerencia el tono era como de un maestro que imparte una tarea. "-El sol va a salir en un par de horas. Duerme un poco, disfruta de tu último amanecer y de tu último ocaso. Esta noche nos volveremos a encontrar."
"-Que..." comenzó a decir Caín.
Pero el sueño esta vez lo invadió profundamente.

Continuará...

John Doe.