sábado, 15 de diciembre de 2007

"El vampiro de la gruta" (Un cuento sobre vampiros - Segunda Entrega)

Caín caminó más allá de un pintoresco barrio llamado 'Casapueblo', llegando al extremo de la 'Ruta Panorámica'.
El lugar estaba rodeado con un tapial de mediana altura hecho con rocas, lo que le hizo recordar los que construyeran los romanos en 'Bretaña' y de los que había leído en los libros que atesoraba su padre en la casona de Zona Norte.
La vista desde allí era impresionante y podría disfrutarla durante un largo rato, ya que el sol todavía estaba a cierta altura sobre el horizonte.
Hacia su izquierda y a lo lejos, podía verse Punta del Este con una infinidad de luces ya encendidas.
Comenzó a bajar la vista y junto a la formación rocosa que como un dedo se internaba en el mar apacible y por la que transcurría la ruta panorámica, pudo divisar una zona de acantilados donde seguramente se encontrarían las grutas que le habían mencionado.
Como por impulso, saltó el tapial y comenzó a bajar en esa dirección.
A medida que bajaba, le resultaba extraño el contraste entre los hoteles y las casas que había cruzado de camino al extremo del mirador y este paisaje que ahora transitaba, que le recordaba más bien a la costa de Gales o de algún otro lugar de las islas inglesas.
" -He leído demasiados libros de mi padre!" se dijo.
Siempre le gustó sentirse a si mismo un poco 'british', aunque seguramente para el gobierno de 'su majestad' lo fuera tanto como un 'kelper', o tal vez menos aún.
La hierba por la que caminaba comenzó a dar lugar a las rocas; primero estaban éstas esparcidas como en islotes y luego toda la superficie se transformó en rocosa.
Continuó descendiendo a través de las escarpaduras y entre pequeños acantilados hasta que llegó a la orilla del mar, de la que aún lo separaba una pequeña franja de arena que se interrumpía aquí y allá.
Siguió en dirección hacia el interior de la Bahía de Maldonado, trepando los escollos que se sumergían suavemente en el mar.
Fue a dar a una pequeña playa de arena fina que se adentraba entre los acantilados.
En el fondo de éstos, donde la playa parecía terminar, se abría una caverna de unos seis metros de altura aproximadamente.
Sin dudas se encontraba frente a las grutas.

Continuará...

John Doe.

6 comentarios:

Mariano dijo...

Quiero más...

John Doe dijo...

'Mariano':

Viene en camino...
trataré de darle bastante continuidad!

Abrazos.

"Largo y arduo es el camino, que conduce del infierno a la luz" (John Milton - "Paradise Lost")

Eugenia dijo...

Hola, pude salir por un momento de mi escondite. Las autoridades dicen que la eliminación de los vampiros es complicada, porque conllevaría la eliminación de todos los murciélagos. Tambien sucede que los murciélagos vampiros son extraños aquí, pero muy comunes en Rio Grande do Sul, y por algun motivo están emigrando.
La otra cosa inquietante es que a las autoridades enfatizan que las posibilidades de contagio de la rabia vampira son mínimas, mínimas, mínimas, en humanos.

Es decir, existe la posibilidad.

Rubia Lulú dijo...

Yo sólo pasaba por aquí.
Beso
Lulú.

John Doe dijo...

'Eugenia':

Debido a un documental que había vísto, comenté con el hermano de mi cuñado, que es investigador de campo de vida animal y estuvo en África y el Amazonas entre otros lugares, que me había perecido escuchar que los vampiros/murciélagos no transmitían la rabia.
Para la siguiente reunión familiar me dijo que lo había consultado con especialistas, ya que le había surgido la mísma curiosidad.
La respuesta fué rotunda: Si, transmiten la rabia.
Que no represente un peligro puede deberse al hecho que las mordeduras a seres humanos no sean frecuentes, tan solo a éso!

"Largo y arduo es el camino, que conduce del Infierno a la luz" (John Milton - "Paradise Lost")

John Doe dijo...

'Rubia Lulú':

Me alegra que lo hagas!

Besos.

"Largo y arduo es el camino, que conduce del infierno a la luz" (John Milton - "Paradise Lost")